lunes, 28 de febrero de 2011

Dejo la Carretera Austral

En el pequeño pueblo de Villa Santa Lucía he tomando el desvío hacia el Este, hacia el paso fronterizo de Futaleufú, dejando la Carretera Austral. Casi todos los días me junto con algunos ciclistas de muy variadas procedencias. La mayoría franceses, alemanes y chilenos. Pero también holandeses, belgas, canadienses y hasta un mexicano, un ruso, un turco... Algunos van superpreparados y otro llevan bicis destartaladas, pero todo vale. Con todos te paras a hablar: de donde vienes, hasta donde piensas llegar, en qué pueblo se puede comprar comida, que sitios hay buenos para acampar.... Pero todos van hacia el Sur por el tema de aprovechar los vientos favorables del Norte y el Oeste. Por fin ayer alcancé a una pareja, ella de Canadá y él de EEUU, que van hacia el Norte, pero se piensan quedar unos días en Futaleufú a hacer rafting.

En Coihaique, el padre de Shayen me habló de los grandes incendios forestales que asolaron la Patagonia. Los provocaban los colonos, con el visto bueno del Gobierno, para abrir pastos para el ganado. Alguno duró más de 10 años. En el invierno se mantenía en el subsuelo y en verano volvía a arrasar los bosques patagónicos de lengas y cohiues. Los fustes quemados sin ramas permanecen en pie durante muchísimos años, sin apenas pudrirse, debido a que la temperatura media anual es bastante baja. En mi camino, más al Sur, se veían muchas extensiones de bosque quemado en las que de nuevo estaba regenerando el arbolado. Desde hace unos años el Gobierno subvenciona la corta de estos pies quemados y el destoconado para aumentar la productividad de las tierras, ya sea para la creación de praderas de siega, o para la repoblación con coníferas en las laderas. De esta forma, el paisaje en los alrededores de Coihaique a cambiado mucho los últimos años y ya hay praderas muy productivas a las que les dan hasta tres cortes anuales. Y es que antes también era un problema la escasez de forraje para el ganado durante los duros inviernos de la Región.


La ciudad de Coihaique


Chingue o zorrino patagónico (la mofeta, vamos)
Al inicio del PN Queulat, la carretera se convierte de nuevo en una pista de ripio que comienza a ascender fuertemente entre bosques siempreverdes de tepas, tineos y chilcos, todos ellos árboles de hoja perenne. Los bordes de la pista son invadidos por helechos y plantas con unas hojas enormes, de hasta un metro y medio de ancho, llamadas nalcas. Al llegar arriba del puerto empezó a llover y la bajada de 7 Km por unas zetas con el ripio muy suelto se hizo complicada. Finalmente se llega a un fiordo a orillas de Pacífico, y como siempre que me he acercado al mar, llueve bastante. Por suerte, un ciclista mexicano que me había juntado el día anterior, me dijo que había una cabaña abandonada en el fiordo, junto a un muelle. Y ahí que me metí. A la mañana siguiente amaneció lloviendo y con mucha niebla. Un poco más adelante hay un sendero que lleva a un mirador donde se debe observar al Ventisquero Colgante, un glaciar que cuelga de la montaña a tan solo 7 Km del mar. Pero tal como estaba el día los gaurdaparques me dijeron que no merecía la pena subir. Así que continué hasta Puyuhuapi, un pequeño pueblo situado en un fiordo, y me comí un pescado con papas...




Fiordo de Queulat

Puyuhuapi
Al alejarme del Pacífico, otra vez volvió el sol y el calor. Después de un día de bici durillo y con mucho calor, encontrar un sitio como el lago Yelcho para acampar, ya camino de Futaleufú, es lo mejor que te puede pasar. En este lago hay playas de arena donde rompen las olas como si estuvieras en una playa del Mediterráneo... Las aguas cristalinas te dejan ver el fondo de cantos rodados y allí estuve un buen rato nadando tan agustito...

Hoy he llegado a Futaleufú, que en mapuche significa Río Grande, a tan sólo 9 Km de la frontera con Argentina. El río del mismo nombre tiene fama mundial para la práctica de kayac y rafting en aguas bravas. Mañana vuelvo a la Argentina, a cruzar el PN Los Alerces, camino de El Bolsón.
 


Lago Yelcho

Río Futaleufú

Futaleufú, provincia de Palena (X Región de Los Lagos) Chile
Km 2904

martes, 22 de febrero de 2011

Bahía Exploradores

Coihaique es la capital de la Región de Aysén. Tiene poco más de 50.000 habitantes. Después de tantos días por el monte y pasando tan solo de vez en cuando por pueblicos y casas aisladas de pobladores, me apetecía bastante volver un poco a la “civilización”. Me estoy quedando en casa de una pareja de chilenos, Shayen y Diego, con los que contacté a través de Warm Showers (una web en la que se ofrece alojamiento entre cicloturistas de todo el mundo). Son una pareja de unos veinte añicos que estuvieron el año pasado viajando en bici por Europa. En casa también están dos franceses y han preparado para cenar unos tacos mexicanos y tarta de manzana, un cambio importante y muy sabroso en mi monótona dieta de pasta y arroz.

Con Shayen, Diego y los ciclistas franceses.

Desde que salí de Caleta Tortel, el tiempo ha ido mejorando considerablemente. Mucho sol y más de 30ºC al mediodía, lo que me ha permitido darme frugales baños en algunos de los lagos por los que paso.

En Cochrane, donde me aprovisioné de comida, me dijeron que había un atajo, cruzando el río Baker, que luego volvía a la Carretera Austral unos kilómetros más adelante. El río se cruza en una balsa, que según me dijo el balsero tiene más de 40 años. La balsa se desplaza por la propia fuerza de la corriente. Hay una sirga de lado a lado del río y la balsa se sujeta a ella a través de unas cadenas y unas poleas. En función del ángulo que le dan a la balsa, ésta se desplaza en un sentido o en otro de la orilla. Me dijo que en esta zona, antes se cruzaban todos los ríos así, pero al ir construyéndose los puentes, ya sólo quedan en funcionamiento tres de ellas.

Después el camino remonta en una fuerte subida al monte hacia un lugar conocido como Colonia Norte. Aquí hay casas aisladas de pobladores que viven del ganado vacuno y de vender leña. Sólo aprovechan la leña caída y la de los pies secos, cosa que abunda mucho en estos bosques de lengas. El CONAF (organismo dependiente del Estado que se encarga de gestionar los bosques) no les deja cortar árboles en pie porque no tienen plan de manejo al tener conflictos con la propiedad. Tampoco les deja desbrozar ni quemar para mantener los pastizales. Se ve que aquí fueron estableciéndose los colonos cuando llegaron y ahora no se sabe muy bien que es de cada quien.

Balsa en el Baker



Al poco de regresar a la Carretera Austral se pasa muy cerca de la confluencia de los ríos Baker y Neff. Aquí el Baker cambia su color turquesa a lechoso por el sedimento glaciar que trae el río Neff desde el Campo de Hielo Norte.

Confluencia del Baker y el Neff

Un chaval francés que anda viajando en este cacaharro. Y cuando hace viento le pone una vela.
Mirando y mirando el mapa de la Carretera Austral, hay un desvío hacia el Oeste desde Puerto Tranquilo que llega hasta Bahía Exploradores en el Pacífico. Se trata de un camino abierto recientemente que sigue el curso de un valle que cierra por al norte al Campo de Hielo Norte. Entre la curiosidad que tenía de asomarme al campo de hielo y de llegar a un lugar con un nombre tan sugerente como Bahía Exploradores, me desvié por unos días de mi rumbo siempre al Norte. A los 52 km se llega a un sendero por el que se sube a un mirador desde el que se divisa el Glaciar Exploradores y el monte San Valentín, que con sus 4.058 m, es el más alto de la Patagonia. La verdad que da un poco de pena ver como va retrocediendo el glaciar, observándose una gran morrena de depósitos arrastrados por el glaciar que ha ido dejando atrás en su retroceso.

Glaciar Exploradores y a la dcha, el más alto, el monte San Valentín 


25 Km más adelante el camino termina en un río junto a la casa del poblador Jaime Scheffer. Allí acampé junto a su casa y a un argentino, Marcos, de Puerto Deseado, justo en la misma latitud pero en la costa atlántica. Tendrá unos 60 años y vuelve de hacer una travesía en kayac de 15 días por el PN de la Laguna San Rafael. Cenamos todos en casa del poblador un puchero de garbanzos y puré de patata que prepara su mujer y que me saben a gloria después de tanto espagueti y sopa de sobre. Marcos resultó un gran conversador y conocedor de la historia de la Patagonia, bueno y de todo América. Sobre todo hablaba de los grandes navegantes y admiraba especialmente a Magallanes. Por su parte Jaime contaba hazañas del ejército chileno, que ha ganado todas las guerras en las que ha participado. Contó el acto heroico del Capitán Prat. Resulta que en la guerra entre Chile y Perú, allá por 1880, en un batalla naval, el barco gobernado por el Capitán Prat arrolló a un barco peruano con propósito de abordarlo: El primero en saltar fue el Capitán Prat seguido de un sargento, cuando una gran ola separó los barcos y el resto de la tripulación no pudo saltar. Y ahí se quedaron solos con sus sables, el Capitán Prat y el sargento, contra todo el ejército peruano que rápidamente los acribilló. Tiempo después, el capitán del barco peruano entrego a la esposa del Capitán Prat su sable en reconocimiento de su valor.

Jaime dijo que algunas veces los pudús van a comer a la pampita que hay junto a su casa. Se trata de unos pequeños ciervos, del tamaño de una cabra. Se creía que estaban en peligro de extinción, pero debe haber más de los que parecía, lo que pasa que con la llegada del los colonos y sus perros se hicieron muy huidizos y se refugiaron en lo más profundo de los bosques.

Al día siguiente, Jaime me cruzó el río en su barca y pude hacer los 10 Km restantes hasta el muelle. Resulta ser un muelle fluvial y no llegué a ver el mar. Las desembocadura del río es una zona de marismas y aguas embalsadas con juncos de la que salí pitando cuando aparecieron los mosquitos. Me quedaba deshacer los 85 Km de nuevo hasta Puerto Tranquilo por un camino en muy mal estado, con el ripio muy suelto y bastante calamina (es el ondulado que se forma en el camino por el paso de los vehículos que hace que vayas botando en la bicicleta).

Jaime voviendo a buscarma con su lancha hecha de madera de ciprés

Después del lago Bertrand, la carretera bordea el lago General Carrera, y como casi todas las carreteras que bordean un lago, son continuos repechos rompepiernas que se hacen durillos. El lago General Carrera es el segundo más grande de Sudamérica después del Titicaca, ademas de ser el nacimiento del río Baker, el más caudaloso de Chile. El lago lo comparten con Argentina donde se le conoce como lago Buenos Aires. De todas formas, los tehuelches, que ya llevaban aquí más de 10.000 años cuando llegaron los colonos, lo llamaban lago Chelenko (aguas turbulentas).

Puerto Bertrand

Al fondo el lago Chelenko
Una vez pasada Villa Cerro Castillo afronté mi primer gran col, la Cuesta del Diablo. Un puerto de 14 Km con una pendiente media del 8% que subí al final de la jornada y se me atragantó bastante. Por suerte la carretera desde Villa Cerro Castillo a Coihaique esta asfaltada. No pisaba el asfalto desde hacía más de 800 Km.

Una vez pasada la zona montañosa de la Reserva Natural de Cerro Castillo, el valle se va abriendo bastante y el paisaje es parecido a la Ultzama, con grandes praderas de siega y muchas vacas. En algunos prados todavía se ven los tocones imputrescibles de las lengas y cohiues que quemaron para crear estas zonas abiertas.

Un tema muy candente en esta región son los proyectos para construir represas (presas para producir energía hidroeléctrica) en muchos de sus ríos. Me junté con unos periodistas que estaban grabando un documental sobre el asunto y me contaron algo. En concreto en el río Baker, que me ha acompañado durante muchos kilómetros, la concesión la tiene ENDESA. También tienen concesiones otras empresas extranjeras: suizas, canadienses... Si al final las construyen se cambiará totalmente la dinámica de los ríos, con sus efectos sobre el paisaje, flora, fauna, inundando amplias zonas. Y sobre todo el impacto que causarían los tendidos del alta tensión rasgando estos paisajes tan bien conservados hasta el día de hoy. En la región no va a quedar ningún beneficio porque la electricidad se transporta más de 2.000 km al Norte, con la consiguiente pérdida de energía, para abastecer a la zona de Santiago y más al Norte a las grandes fábricas de aluminio. Parece ser que los  medios de comunicación más importantes, controlados como siempre por los poderosos, venden la idea como un bien necesario para el desarrollo y una energía verde y limpia. La Región de Aysén es la tercera más grande del país pero solo supone un 2% de la población y eso son muy pocos votos. Sin embargo, se está haciendo una fuerte campaña en contra de las represas por parte de algunos grupos críticos y parece que la opinión pública de Santiago está empezando a cambiar.

Pues nada, después de esta chapa me despido con el lema que más se oye por aquí:

PATAGONIA SIN REPRESAS!!!

Coihaique, provincia de Coihaique (XI Región de Aysén) Chile
Km 2.467

martes, 15 de febrero de 2011

Por la Carretera Austral

Estoy en Caleta Tortel, conocido por los lugareños como “Tortitas”. Es un pequeño pueblo situado en un fiordo en la desembocadura del río Baker en el Pacífico. Fue fundado en 1955 por madereros que aprovechaban la madera del ciprés de las Guaitecas, una madera muy apreciada para la costrucción. Tortel es un pueblo singular por su estructura urbana, constituida por una red de pasarelas construidas de ciprés que reemplazan a las calles y plazas. Debido a su crecimiento muy lento y a una mala gestión, el ciprés prácticamente ha desaparecido y solo se encuentra en algunas islas más inaccesibles. Está estrictamente prohibida su corta pero todavía quedan algunas personas que viven de aprovechar los pies derribados por el viento o quemados. El resto vive del turismo que aumento al llegar la carretera en el año 2000, antes solo se podía llegar por mar o en avioneta. En el albergue he coincidido con una pareja de norteamericanos que vienen en kayac desde Puerto Montt y van a seguir hasta Puerto Natales, en una trvesía que va adurar en total 4 meses. Mañana parten hacia Puerto Edén, la siguiente localidad habitada en los firodos, y tienen que llevar comida para 15 días...

Pero os cuento como han sido los días antes de llegar aquí. En El Chaltén, disfrutamos de unos días de muy buen tiempo, con mucho sol y 25ºC, algo que sólo suele ocurrir unos 10 días al año. Nosotros tuvimos cinco, y es que aquí el cambio climático se está notando demasiado. El cruce a Chile estuvo muy bien y me volví a juntar con los franceses Gerom y Fede. Después de cruzar la Laguna del Desierto, en una travesía en barca de 45 min, acampamos junto a la Gendarmería argentina, a orillas del lago y con una vista diferente del Fitz Roy. Al día siguiente, los primeros 7 Km eran por una senda no ciclable, muy erosionada y encajada por el paso de los caballos, que nos obligó a arrastrar la bici durante 3 h hasta la muga con Chile. De ahí fueron otros 12 Km en bajada hacia el lago O`Higgins, hasta Candelario Mancilla, donde están los carabineros chilenos. A continuación una nueva travesía en barco, esta vez de 3 h por el lago, y por fin, Villa O`Higgins.

Villa O`Higgins es la localidad situada al final de la Carretera Austral. Aquí si que se siente estar en tierra de pioneros, en la última frontera de la Patagonia. Es un pueblo bastante nuevo de casas de madera y chapa, al que la carretera llegó en el año 2000. Antes el acceso era posible solo en avioneta. La siguiente localidad al norte es Caleta Tortel, a 150 Km, y en medio solo hay bosques, lagos, ríos, arroyos, más ríos, cascadas, agua por todas partes...

Nada más salir de Villa O`Higgins empezó a llover con fuerza y ha estado lloviendo seguido durante dos días y dos noches, con temperatura de 10 ºC y estoy todo el día calado. La carretera es una pista forestal abierta a base de toneladas de dinamita bordeando lagos y valles de los ríos con continuas subidas y bajadas y fuertes pendientes. Hoy ha amanecido algo mejor, así que continuo al norte por la Carretera Austral, a ver si puedo disfrutar más del paisaje que los días pasados.

Caleta Tortel, provincia del Capitán Prat (XI Región de Aysén) Chile
Km 1811

Laguna del Desierto (no sé porqué le pusieron este nombre)

Camino de la frontera


Bajada al lago O´Higgins

Carretera Austral

Caleta Tortel


jueves, 10 de febrero de 2011

El Chaltén, la montaña que echa humo

A mitad de camino entre El Calafate y El Chaltén se encuentra el Parador La Leona, un establecimiento con más de 110 años de historia situado junto al río La Leona. El nombre del río viene de que en este lugar, el explorador Perito Moreno, fue atacado y malherido por una hembra de puma. Antes de construir el actual puente, había una balsa que permitía trasladar a los colonos sus animales y mercancías en su camino hacia la costa atlántica, viaje que aquella época duraba más de un mes.

Dicen que en 1905 tres gringos se hospedaron aquí unos días. Resultaron ser Butch Cassidy, Sudance Kid y su esposa Ethel Place, en su huida hacia Chile tras robar el Banco de Londres en Río Gallegos. También en esta época rondaba la zona el famoso bandolero uruguayo Asensio Brunel, quien hacia sus correrías montando a pelo, vestido con pieles de puma y alimentándose solamente de lengua de yegua cruda. Se dice que lo mataron unos colonos de la zona en un tiroteo digno de las películas del Oeste...

El camino ha sido duro. Los 120 Km primeros bastante bien pero al día siguiente, al llegar al lago Viedma y tomar el desvío hacia el Oeste el viento en contra me acompaño sin tregua los 90 Km restantes hasta El Chaltén. A duras penas podía andar, sin pasar prácticamente de los 10 Km/h. Todo el trayecto es a lo largo de la estepa y lo único que me motivaba era ver al fondo la cordillera, destacando el Monte Fitz Roy y la aguja del Cerro Torre. Antes del cruce, una pareja de ciclistas que venía en la otra dirección me dijeron que les había costado 3 h hacer los 90 Km. Pues a mi me costo 12 h!

El pionero en establecerse en El Chaltén fue el danés Andres Madsen en 1905. Años más tarde escribió un libro buenísimo, "La Patagonia vieja", que trata de la forma de vida de los primeros colonos que se establecieron en la Patagonia austral, en la zona de los lagos San Martín, Viedma y Argentino. Junto al pueblo, a orillas del río de las Vueltas todavía se conserva la casa que construyó. Su hijo fue la primera persona que trabajó como guardapaque.

El Chaltén es un paraíso para los escaladores con paredes a los dos lados del pueblo y con difíciles ascensiones a los grandes montes (Fitz Roy, Cerro Torre, Poicenot, Saint Exupery...). También salen expediciones de varias semanas a los hielos continentales del Campo de Hielo Sur.

En 1974 el italiano Casimiro Ferrari escaló por primera vez el Cerro Torre, cuyas paredes de granito y hielo están consideras aún hoy entre las más extenuantes y peligrosas del mundo.

Me he quedado unos días descansando y pateando por el monte hasta el sábado que es cuando circula la barca para cruzar el lago O´Higgins. El cruce que tengo que hacer a Chile promete. Solo se puede hacer caminando, en bici o a caballo. Pero este si está habilitado! De El Chaltén sale un camino de ripio que en 38 Km llega a la Laguna del Desierto. Luego hay que cruzar la laguna en una barca, y al otro lado está el puesto de la Gendarmería argentina. A continuación, 7 km por un sendero no ciclable en el que hay que acarrear con la bici hasta el hito fronterizo con Chile. Después otros 8 Km de camino de tierra hasta Candelario Mancilla, el puesto de los carabineros de Chile. De ahí hay que agarrar otra barca que a lo largo de un brazo del Lago O´Higgins, en un trayecto de 32 Km, llega hasta Villa O´Higgins. En esta localidad empieza la Ruta Austral, según dicen, la carretera más bonita del mundo.

El Chaltén, provincia de Santa Cruz (Argentina)
Km 1598

Amanece en el Lago Viedma

El Fitz Roy, el más alto, y a la izqda la punta que sale entre las nubes, el Cerro Torre

El Chaltén
De izqda a dcha: Saint Exupery, R. Juárez, Poicenot, Fitz Roy... y yo mismo.

Glaciar Piedras Blancas

Cerro Torre
Carpinteros magallánicos







viernes, 4 de febrero de 2011

PN Torres del Paine, cruce “ilegal” por el paso Zapata – La Rosada y PN Los Glaciares

Antes de empezar el viaje, enredando en internet, vi que había un paso directo por el monte desde el Parque Nacional de las Torres del Paine hasta el Lago Roca, muy cerca del glaciar Perito Moreno. Además de ser una zona muy chula entre las montañas, te evitabas dar el rodeo de cruzar por el paso fronterizo del río Don Guillermo, en Cerro Castillo, y casi 300 km por la estepa patagónica con su consiguiente viento en contra del Noroeste. Así que, ante la duda de lo que iba a hacer, compré comida como para diez días y salí de Puerto Natales rumbo a las Torres del Paine con más peso que nunca.

Al Parque Nacional fui por la carretera de ripio que llega hasta la portería del río Serrano. Estuve un par de días por la zona del lago Grey, menos frecuentada que el resto del Parque, e hice una caminata hasta la cascada del río Pingo con sus aguas lechosas procedentes del glaciar Pingo. Luego me dirigí hacia la zonas de las Torres. 75 Km por caminos con continuos toboganes y fuertes repechos de hasta el 20% de pendiente. Muy duro, vamos, pero el paisaje compensaba sobradamente el esfuerzo. Se bordea el lago Pehoé y continuamente vas viendo al frente los Cuernos del Paine. Después empieza la estepa con montones de manadas de guanacos y algunos ñandúes y con unas magnificas vistas del lago Nordenskjold. Finalmente el camino gira hacia el Noroeste y las vistas de las Torres son espectaculares. Acampé en el Camping las Torres y al día siguiente subí caminando hasta el mirador las Torres, 4,5 h desde donde dejé la bici, y pasé una noche arriba. Estuve dándole vueltas a lo del paso Zapata. Había preguntado a unos gauchos que me dijeron que la huella estaba buena, así que fui hasta la laguna Azul, el último punto antes de ir hacia la frontera, a ver si el guardaparque me podía dar más información.

Camino hacia el lago Grey


Lago Grey

Témpano de hielo. Al fondo el glaciar Grey


Cascada en el río Pingo


 



Salto Grande en el río Paine

Lago Nordenskjold

Ñandú



Camino de las Torres del Paine





Foto friky en el mirador de las Torres



Armadillo




En laguna Azul me informaron de forma concreta: había 20 Km hasta la casa de un puestero (un gaucho que vive solo cuidando el ganado), luego había que cruzar el río Zapata (con cuidado los días que hace mucho calor porque baja crecido por el deshielo), de ahí otros 22 Km hasta la frontera y luego 17 Km hasta el lago Roca. Así que me lancé a ello.


Los primeros 20 Km el camino estaba bastante bien aunque era durillo porque subía a bastante altura por la margen derecha del río Zapata que cada vez se encajonaba más. Cuando llegué a la casa del puestero me recibieron un montón de perros, pero del gaucho ni rastro, así que bajé al río. El paisaje era espectacular, con praderas pobladas por centenares de vacas rodeadas de bosques de lengas. El río no bajaba muy crecido, me llegaba el agua por encima de las rodillas, pero traía bastante corriente. Lo crucé y acampé en la otra orilla. Al día siguiente la cosa se fue complicando. El camino estaba desecho, con carcabas tremendas y muchos desprendimientos. Vamos que sólo se podía pasar a caballo o en bici a duras penas, con la carga que llevaba. Me costo casi cuatro horas hacer los 22 km que había hasta la frontera. Al llegar ahí, únicamente había un cierre ganadero con una tranquera y luego una pradera enorme en el fondo de un valle sin ningún camino reconocible. Según el mapa que llevaba, el lago Roca sólo podía estar al final de ese valle. Por si acaso, dejé la bici y empece a caminar a ver si lo veía más claro. Era una pradera encharcadiza que la serpenteaba un río haciendo eses, tipo el valle de Aguas Tuertas en Hecho pero a lo bestia. Fui siguiendo las sendas de las vacas y el camino se introducía en el bosque con muchas regatas y zonas embarradas por el pisoteo de los tremendos rebaños de vacas que había. Luego el valle se iba abriendo y tras cruzar una zona de matorral de calafate por fin se divisaba la estepa y un gran lago al fondo que supuse sería el Lago Argentino. Pero hasta que no viera el Lago Roca no me iba a quedar tranquilo y seguí hacia adelante. Al final, tras tres horas caminado, por fin vi que la ladera descendía hasta un lago, que no podía ser otro que el Lago Roca. Regresé hasta donde había dejado la bici pensando en la paliza que me esperaba al día siguiente arrastrando la bici con la carga hasta el punto donde estaba.

Cinco horas me costó hacer los 15 Km hasta el punto donde había llegado el día anterior caminando. Lo más duro fue la zona de bosque con muchos árboles caídos y zonas embarradas que me obligaban a quitar las alforjas y pasar haciendo varios portes. Finalmente llegué al punto donde se veía el lago y ya ladera abajo fui montado en la bici por una senda entre matorrales espinosos almohadillados. Y de repente, apareció ante mi la vista del glaciar Perito Moreno...


Bajada al río Zapata

Acampada tras cruzar el río


Pradera donde termina el camino, ya en Argentina

Y por fin apareció el Perito Moreno

Legué a la carretera de ripio que va a la estancia Nibepo Aike y aún tuve que hacer 15 Km bordeando el Brazo Rico del Lago Argentino hasta llegar a la carretera asfaltada que va al Perito Moreno desde El Calafate y de ahí otros 44 Km. Llegué al glaciar a las siete de la tarde cuando todos los buses regresaban a El Calafate con los turistas, así que ya no quedaba nadie en las pasarelas desde donde se ve el glaciar. La guardaparque me dejo armar la carpa junto a su cabaña y por la noche se oían unos estruendos enormes, como si fueran los truenos de una fuerte tormenta. Se trataba de bloques de hielo que se quiebran en el frente del glaciar y caen al Canal de los Témpanos.

Un glaciar es una masa de hielo en continuo desplazamiento debido al impulso de la gravedad. La nieve que se va acumulando a lo largo de los siglos se compacta y se convierte en hielo. El movimiento se debe a la eliminación de hielo por fusión o formación de témpanos. Para que el glaciar se mantenga, la temperatura anual debe ser baja y la cantidad de nieve caída debe ser mayor que la eliminada por fusión. En el Perito Moreno, cada tres o cuatro años, se produce una enorme ruptura. Esto es debido a que el frente del glaciar llega a la costa y forma un dique que embalsa las aguas de los brazos Rico y Sur, que suben de nivel, hasta más de 20 m. La presión del agua aumenta hasta romper la barrera de hielo y el glaciar se abre de nuevo al Canal de los Témpanos.



Zona donde el frente se une a la costa en la Península de Magallanes


Momento en el que se produce un desprendimiento de hielo

Al día siguiente, cuando llegué a El Calafate lo primero que hice fue presentarme en la Gendarmería para solucionar el tema de mi clandestinidad. Les conté una historieta de que no sabía que el paso no estaba habilitado y que me había perdido por el monte... Después de estar con varios mandos y de hacer unas cuantas llamadas a la oficina de emigración de Río Gallegos, ya me han solucionado el tema. Me han hecho un acta con una Olivetti que me habilita la salida cuando llegue al siguiente paso fronterizo. La broma me ha costado 300 pesos (60 €). En fin...

Bueno, por ahora se acabaron las bomberadas. Mañana salgo para El Chaltén. 220 Km de estepa bordeando el lago Argentino y el lago Viedma.

El Calafate, provincia de Santa Cruz (Argentina)
Km 1373